El marketing o, simplemente las imágenes, puede llevarnos a confusiones con algunos alimentos.
Lo más recomendable es leer las etiquetas de los productos para saber qué estamos consumiendo; es el método más eficaz para conocer el porcentaje de ingredientes que componen ese artículo y tener claro que lo que compramos es lo que queremos comer.
Recuerda, come bien para sentirte bien.